El Bergantín es un barco, generalmente de dos mástiles, con todo su aparejo formado por velas
cuadradas; es decir, velas dispuestas en los mástiles colgando de velas
transversales respecto al eje longitudinal de la nave (el que va desde
la proa hasta la popa).
El bergantín aparece en la segunda parte del siglo XV y se empleó de forma generalizada hasta el siglo XIX. Se caracterizaba por la gran superficie vélica que era capaz de desplegar para su desplazamiento, de hasta 600 toneladas, siendo los bergantines buques extremadamente rápidos y ágiles en la maniobra, y apropiados para tráfico entre continentes.
Los bergantines fueron empleados como buques para tráfico mercante, pero también como corsarios, gracias a su gran velocidad, que les permitía escapar de navíos y fragatas,
y alcanzar a toda clase de tráfico mercante. De esta forma las armadas
incorporaron a su vez el bergantín, que portaba normalmente hasta una
docena de piezas en cubierta, para exploración y lucha contra la piratería.
Este tipo de barco ayudó a explorar areas inexploradas hasta entonces.
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