miércoles, 23 de mayo de 2012

David Livingstone

A petición propia, fue destinado al sur de África en 1841. Desde allí se adentró hacia el norte en la actual Botswana, predicando la religión cristiana y explorando territorios desconocidos en medio de graves peligros. En 1852-54 atravesó el desierto de Kalahari hasta conectar El Cabo con Luanda, capital de la colonia portuguesa de Angola; desde allí, rechazando las invitaciones para que regresara a Inglaterra y, a pesar de sus problemas de salud, inició una nueva travesía del Atlántico al Índico, uniendo Angola con Mozambique a través del río Zambeze.
Durante su posterior estancia en Inglaterra fue premiado y recibido por la reina, convirtiéndose en un héroe popular. Sus escritos y conferencias despertaron el interés por el misterioso continente africano en todo el mundo, incitando a la posterior carrera colonial por el reparto de su dominio entre las potencias europeas; no obstante, las intenciones del propio Livingstone fueron siempre pacíficas, impulsando el conocimiento científico del continente, el establecimiento de relaciones amistosas con los pueblos indígenas y la erradicación de la esclavitud. 
 El gobierno británico financió un segundo viaje para explorar el Zambeze como vía de penetración hacia el interior de África.
Después del viaje se dio cuenta que por el Zambeze no podía continuar debido a los rápidos. Así que decidio retroceder e ir por otro rio mas al este llego al rio Tanganika y allí intentó que el gobierno inglés desarrollase un campamento para comerciar a pesar de las guerras tribales que había. Murió con todo su prestigio perdido tras el desastre de la expedición.

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